viernes, julio 21, 2006


Un día más. Fluyen energía y fuerza. Las intensas dos horas de concentración que vivo cada mañana me sirven para captar mejor los movimientos a los que puedo acceder más y mejor cada día. Sin descanso las propuestas coreográficas de Wilkie llenan el espacio, el tiempo y el aprendizaje. Aprendo dónde empieza el movimiento y no dejo nada de mi cuerpo al azar, siempre es posible llegar más alto, ir más a la izquierda, subir más las piernas. Nuestra energía es como un elástico que estiramos creyendo que ya ha llegado a su máximo, pero si lo tocamos por el centro nos damos cuenta de que todavía se podría sacar otro tramo. En realidad así es la vida: en las experiencias límites todavía podemos encontrar un camino. Lo aprendido se olvida, lo comprendido siempre queda. Empiezo a comprender la materia que compone la danza.